Lee un pasaje de las Escrituras y practiquen un canto de adoración.
(Opcional) Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre. Él quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un mediador también entre Dios y el hombre, el hombre Jesucristo, que se entregó a sí mismo como rescate por todos. (Filipenses 2:11b; 1 Timoteo 2:4-6a)
Ministrar a las necesidades de los demás en oración, consejo bíblico y aliento.
Alentar la responsabilidad amorosa de obedecer a Jesús
Elija una manera de proyectar visión de quiénes pueden llegar a ser en Cristo o lo que Dios puede hacer a través de ellos al:
Comparta la GRAN visión de "Una iglesia para cada pueblo y comunidad, y el Evangelio para cada persona".
23 Al día siguiente Agripa y Berenice se presentaron con gran pompa, y entraron en la sala de la audiencia acompañados por oficiales de alto rango y por las personalidades más distinguidas de la ciudad. Festo mandó que le trajeran a Pablo,24 y dijo:
—Rey Agripa y todos los presentes: Aquí tienen a este hombre. Todo el pueblo judío me ha presentado una demanda contra él, tanto en Jerusalén como aquí en Cesarea, pidiendo a gritos su muerte.25 He llegado a la conclusión de que él no ha hecho nada que merezca la muerte, pero, como apeló al emperador, he decidido enviarlo a Roma.26 El problema es que no tengo definido nada que escribir al soberano acerca de él. Por eso lo he hecho comparecer ante ustedes, y especialmente delante de usted, rey Agripa, para que como resultado de esta investigación tenga yo algunos datos para mi carta;27 me parece absurdo enviar un preso sin especificar los cargos contra él.
1 Entonces Agripa le dijo a Pablo:
—Tienes permiso para defenderte.
Pablo hizo un ademán con la mano y comenzó así su defensa:
2 —Rey Agripa, para mí es un privilegio presentarme hoy ante usted para defenderme de las acusaciones de los judíos,3 sobre todo porque usted está bien informado de todas las tradiciones y controversias de los judíos. Por eso le ruego que me escuche con paciencia.
4 »Todos los judíos saben cómo he vivido desde que era niño, desde mi edad temprana entre mi gente y también en Jerusalén.5 Ellos me conocen desde hace mucho tiempo y pueden atestiguar, si quieren, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.6 Y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.7 Esta es la promesa que nuestras doce tribus esperan alcanzar rindiendo culto a Dios con diligencia día y noche. Es por esta esperanza, oh rey, por lo que me acusan los judíos.8 ¿Por qué les parece a ustedes increíble que Dios resucite a los muertos?
9 »Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret.10 Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén. Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos y, cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación.11 Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.
12 »En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes.13 A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más refulgente que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes.14 Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?”15 Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?” “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—.16 Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar.17 Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles. Te envío a estos18 para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.
19 »Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.20 Al contrario, comenzando con los que estaban en Damasco, siguiendo con los que estaban en Jerusalén y en toda Judea, y luego con los gentiles, a todos les prediqué que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, y que demostraran su arrepentimiento con sus buenas obras.21 Solo por eso los judíos me prendieron en el templo y trataron de matarme.22 Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:23 que el Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los gentiles».
24 Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió.
—¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.
25 —No estoy loco, excelentísimo Festo —contestó Pablo—. Lo que digo es cierto y sensato.26 El rey está familiarizado con estas cosas, y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento. Estoy convencido de que nada de esto ignora, porque no sucedió en un rincón.27 Rey Agripa, ¿cree usted en los profetas? ¡A mí me consta que sí!
28 —Un poco más y me convences de hacerme cristiano —le dijo Agripa.
29 —Sea por poco o por mucho —le replicó Pablo—, le pido a Dios que no solo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.
30 Se levantó el rey, y también el gobernador, Berenice y los que estaban sentados con ellos.31 Al retirarse, decían entre sí:
—Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte ni la cárcel.
32 Y Agripa le dijo a Festo:
—Se podría poner en libertad a este hombre si no hubiera apelado al emperador.
Preguntas adicionales que puede utilizar:
Una vez más Pablo comparte su testimonio. Esta es la versión más larga registrada. Pablo está hablando ante el Rey provincial judío Agripa y el Gobernador Festo. Pablo ya es considerado no culpable por el Gobernador que buscó claridad de qué decirle a César. Lee 1 Timoteo 1:12-16. Pablo admitió que él era como sus acusadores antes de conocer a Jesús. Él creía firmemente que era la voluntad de Dios y era su deber detener violentamente el mensaje de Jesús. Aparentemente, Pablo había estado resistiendo las impresiones de aceptar el Evangelio durante este período de su vida. (Hechos 26:14) Jesús inició con este Asesino Saulo y lo hizo Su siervo para que el mundo no judío tuviera acceso al Evangelio. Se nos recuerda lo estrechamente identificado que Jesús se identificaba con sus seguidores: perseguirlos era perseguirlo a Él. Una vez más, Pablo obedeció fielmente su llamado y desafió audazmente a los líderes políticos a creer en Jesús, pero ellos rechazaron la oferta.
Practique el dar y la Santa Cena aquí o en la sección Preparación para la Misión