1 En el principio ya existía el Verbo,
y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios.
14 Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Aunque plenamente Dios, eligió vivir Su vida como plenamente hombre, en total obediencia entregada a Su Padre celestial. Lo que Él logró en Su vida y ministerio, lo logró como el hombre de Nazaret, el Hijo del Hombre, a través del poder y la presencia del Espíritu Santo en cumplimiento de la voluntad del Padre. Aunque Él tenía todo el derecho de operar fuera de su divinidad, Él eligió vivir sólo de Su perfecta humanidad sin pecado para ser nuestro ejemplo de cómo glorificar completamente a Dios en nuestra vida y ministerio.
17 Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.
1 Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos.
Los cuatro escritores del Evangelio registran un resumen de Su vida y enseñanzas. Al estudiar su testimonio escrito, podemos aprender acerca del desarrollo de Su movimiento. En Su humanidad, incluso Jesús estaba sujeto al tiempo y al espacio y vivía en la secuencia de horas, días, semanas, años. Él inició y desarrolló Su movimiento en el tiempo. Por lo tanto, el estudio de caso de Jesús es muy instructivo para los líderes. Obtenemos una visión de cómo su vida y movimiento se desarrollaron a lo largo del tiempo mediante la reconstrucción de una secuencia cronológica a partir de la evidencia proporcionada por los Evangelios.
1 Muchos han intentado hacer un relato de las cosas que se han cumplido entre nosotros,2 tal y como nos las transmitieron los que desde el principio fueron testigos presenciales y servidores de la palabra.3 Por lo tanto, yo también, excelentísimo Teófilo, habiendo investigado todo esto con esmero desde su origen, he decidido escribírtelo ordenadamente,4 para que llegues a tener plena seguridad de lo que te enseñaron.
El Evangelio de Lucas nos da algunos marcadores de fecha para que podamos localizar a Jesús en un contexto histórico.
1Muchos se han comprometido a hacer un relato de las cosas que se han cumplido entre nosotros, 2tal como nos las transmitieron aquellos que desde el principio fueron testigos presenciales y siervos de la palabra. 3Con esto en mente, ya que yo mismo he investigado cuidadosamente todo desde el principio, yo también decidí escribir un relato ordenado para ti, el más excelente Teófilo, 4para que puedas conocer la certeza de las cosas que te han enseñado. – Lucas 1:1-4.
5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, miembro del grupo de Abías. Su esposa Elisabet también era descendiente de Aarón.
1 Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el Imperio romano.2 (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria).3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo.
4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David,5 para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta6 y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo.7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.
2 (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria).
21 Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo,22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».
23 Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio. Era hijo, según se creía, de José,
hijo de Elí,