Lee un pasaje de las Escrituras y practiquen un canto de adoración.
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
4 pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.5 Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,6 quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo,
Ministrar las necesidades de los demás en oración, consejo bíblico y ánimo.
Alentar la responsabilidad amorosa de obedecer a Jesús
Elija una manera de proyectar visión de quiénes pueden llegar a ser en Cristo o lo que Dios puede hacer a través de ellos al:
Comparta la GRAN visión de "Una iglesia para cada ciudad y comunidad, y el Evangelio para cada persona”
1 Algún tiempo después, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea (o de Tiberíades).2 Y mucha gente lo seguía, porque veían las señales milagrosas que hacía en los enfermos.3 Entonces subió Jesús a una colina y se sentó con sus discípulos.4 Faltaba muy poco tiempo para la fiesta judía de la Pascua.
5 Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, le dijo a Felipe:
—¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?
6 Esto lo dijo solo para ponerlo a prueba, porque él ya sabía lo que iba a hacer.
7 —Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno —respondió Felipe.
8 Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón Pedro, le dijo:
9 —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?
10 —Hagan que se sienten todos —ordenó Jesús.
En ese lugar había mucha hierba. Así que se sentaron, y los varones adultos eran como cinco mil.11 Jesús tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados.
12 Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos:
—Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.
13 Así lo hicieron y, con los pedazos de los cinco panes de cebada que les sobraron a los que habían comido, llenaron doce canastas.
14 Al ver la señal que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: «En verdad este es el profeta, el que ha de venir al mundo».
Preguntas adicionales que puede utilizar:
Jesús estaba buscando un lugar para tener un retiro con sus líderes, pero el Padre tenía planes diferentes. A medida que se acercaban a la orilla, Jesús ya puede ver a las grandes multitudes reunidas porque vieron los milagros que Jesús había hecho. Jesús se conmueve con compasión por ellos porque parecían ovejas sin pastor. Jesús comienza a enseñar a la enorme multitud de 5,000 hombres más mujeres y niños. Jesús usa la situación para enseñar a sus líderes acerca de la multiplicación y la provisión de Dios desafiándolos a proveer comida para la multitud. Aprendieron:
12 Al atardecer se le acercaron los doce y le dijeron:
—Despide a la gente, para que vaya a buscar alojamiento y comida en los campos y pueblos cercanos, pues donde estamos no hay nada.
13 —Denles ustedes mismos de comer —les dijo Jesús.
—No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar comida para toda esta gente —objetaron ellos,14 porque había allí unos cinco mil hombres.
Pero Jesús dijo a sus discípulos:
—Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta cada uno.
15 Así lo hicieron los discípulos, y se sentaron todos.16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente.17 Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.
15 Al atardecer se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
—Este es un lugar apartado y ya se hace tarde. Despide a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren algo de comer.
16 —No tienen que irse —contestó Jesús—. Denles ustedes mismos de comer.
17 Ellos objetaron:
—No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.
18 —Tráiganmelos acá —les dijo Jesús.
19 Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente.20 Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron.21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
35 Cuando ya se hizo tarde, se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
—Este es un lugar apartado y ya es muy tarde.36 Despide a la gente, para que vayan a los campos y pueblos cercanos y se compren algo de comer.
37 —Denles ustedes mismos de comer —contestó Jesús.
—¡Eso costaría casi un año de trabajo! —objetaron—. ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?
38 —¿Cuántos panes tienen ustedes? —preguntó—. Vayan a ver.
Después de averiguarlo, le dijeron:
—Cinco, y dos pescados.
39 Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde.40 Así que ellos se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta.41 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. También repartió los dos pescados entre todos.42 Comieron todos hasta quedar satisfechos,43 y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos de pan y de pescado.44 Los que comieron fueron cinco mil.
Practique la entrega y la comunión aquí o en la sección Preparación para la Misión
Practique las habilidades necesarias o temas previos para ayudar a prepararse para ministrar a los demás: