Lee un pasaje de las Escrituras y practiquen un canto de adoración.
1 Vengan, cantemos con júbilo al Señor;
aclamemos a la roca de nuestra salvación.
2 Lleguemos ante él con acción de gracias,
aclamémoslo con cánticos.
3 Porque el Señor es el gran Dios,
el gran Rey sobre todos los dioses.
4 En sus manos están los abismos de la tierra;
suyas son las cumbres de los montes.
5 Suyo es el mar, porque él lo hizo;
con sus manos formó la tierra firme.
6 Vengan, postrémonos reverentes,
doblemos la rodilla
ante el Señor nuestro Hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios
y nosotros somos el pueblo de su prado;
¡somos un rebaño bajo su cuidado!
Si ustedes oyen hoy su voz,
Ministrar las necesidades de los demás en oración, consejo bíblico y ánimo.
Alentar la responsabilidad amorosa de obedecer a Jesús
Proyectar visión de quiénes pueden llegar a ser en Cristo o lo que Dios puede hacer a través de ellos.
2 Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros.
Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, continuó enseñando a Sus discípulos acerca del Reino de Dios. Durante Su última reunión con ellos, reforzó la misión a la que estaban siendo llamados y acerca de la ayuda que se les proporcionaría.
1 Estimado Teófilo, en mi primer libro me referí a todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar2 hasta el día en que fue llevado al cielo, luego de darles instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.3 Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios.4 Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó:
—No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado:5 Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.
6 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron:
—Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?
7 —No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—.8 Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Seguir a Jesús significa que obedeceremos Su mandato de ser Sus testigos. Pero sólo podemos hacer lo que se necesita con la ayuda del poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Sólo, así como Él nos da poder, podemos ser testigos efectivos. El deseo de Dios es que testificamos a todos, a los que nos gustan y a los que no nos gustan; a los que están cerca de nosotros y a los que viven en todo el mundo.