Lee un pasaje de las Escrituras y practiquen un canto de adoración.
Ministrar las necesidades de los demás en oración, consejo bíblico y ánimo.
Alentar la responsabilidad amorosa de obedecer a Jesús
Proyectar visión de quiénes pueden llegar a ser en Cristo o lo que Dios puede hacer a través de ellos.
Ejemplo: Un día una mujer fue a visitar a su vecino. Mientras hablaban, ella compartió el Evangelio con su prójimo y puso su fe en Cristo. Pero entonces la mujer se puso a llorar. "Mi esposo acaba de morir hace 2 semanas. ¿Por qué no me dijiste esto antes?" Como ven, nunca sabemos cuándo será el último día de la gente. Es por eso por lo que debemos compartir el Evangelio cuando tenemos la oportunidad.
Ejemplo: Un día una mujer fue a visitar a su vecino. Mientras hablaban, ella compartió el Evangelio con su prójimo y puso su fe en Cristo. Pero entonces la mujer se puso a llorar. "Mi esposo acaba de morir hace 2 semanas. ¿Por qué no me dijiste esto antes?" Como ven, nunca sabemos cuándo será el último día de la gente. Es por eso por lo que debemos compartir el Evangelio cuando tenemos la oportunidad.
14 El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.15 En cambio, el que es espiritual lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie, porque
16 «¿quién ha conocido la mente del Señor
para que pueda instruirlo?»
Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo.
Aunque todos los cristianos tienen el Espíritu viviendo en ellos, no todos los cristianos son dirigidos y controlados por el Espíritu. Cuando confiamos en nuestros propios esfuerzos o tomamos el control de nuestras vidas, la Biblia nos llama carnales y no experimentamos una vida abundante o fructífera. Lee Gálatas 5:22-24.
22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.24 Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.
Enseñar el principio de respiración espiritual
9 Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.